Indígenas
Material bibliográfico:
El consorcio de “Mujeres Constructoras De Paz” es una red de organizaciones de mujeres conformado por Mujeres Transformando el Mundo -MTM-, Asociación Ixoqib’ MIRIAM para la promoción intelectual de las mujeres y UNIPROGUA, que promueven el acceso a la justicia, reparación y garantías de no repetición para mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia de género y violencia sexual durante el conflicto y postconflicto. Juntas queremos generar normas de reparación transformadora y fortalecer el liderazgo y participación de las mujeres en los procesos de construcción de paz.
Con el apoyo de ONU Mujeres elaboramos los presentes cuadernos para la formación de tutoras comunitarias para la recuperación y promoción de la sabiduría ancestral de la mujer maya en el marco del proyecto: “Haciendo una realidad el efecto transformador de la sentencia de reparación de Sepur Zarco, para romper el continuo de la violencia sexual y otras formas de violencia contra las mujeres en situaciones de conflicto y postconflicto”.
Como punto de partida para la elaboración de los cuadernos de formación, se realizó un diagnóstico participativo para identificar los conocimientos, las prácticas ancestrales e intereses de aprendizaje de las mujeres, sobre su derecho a una vida en plenitud basado en su cosmología maya en las comunidades de Sepur Zarco y Lote 8 del municipio de El Estor, departamento de Izabal, y Panzós del departamento de Alta Verapaz. Con base de este estudio decidimos elaborar materiales de formación orientadas a la recuperación e incremento de los conocimientos ancestrales de las mujeres, para el autoconocimiento, resolución pacífica de conflictos, administración de justicia maya, gestión de asuntos comunitarios, medicina ancestral y cultura alimentaria basados en los derechos de las mujeres, y el reconocimiento de estos como un activo comunitario.
El gran desafío de este proceso, es despertar en las hijas y nietas de las abuelas mayas, ese amor especial por la sabiduría ancestral maya y especialmente las generadas desde las abuelas, considerando que por la influencia fuerte del proceso de colonización del pensamiento y del corazón impulsada por la mayoría de escuelas, iglesias, ONGs, las nuevas generaciones conocen poco la sabiduría ancestral de sus pueblos.
Queremos compartir sabiduría ancestral con mujeres mayas Q’eqchi’ con el siguiente pensamiento, sentimiento y actitud frente a la vida: li narahok, li na’ajok, li naxkol rix, li na’ilok re, li naxch’oolani li najteril xna’leb’eb’ aj Maya’ (quien ama, quien quiere, quien protege, quien cuida, quien alimenta la sabiduría ancestral maya), que en castellano lo asemejamos con el concepto de Tutora comunitaria de la sabiduría ancestral maya con énfasis en la mujer.
Generalidades de la cosmovisión maya y el
autoconocimiento de la mujer
Resolución pacífica de conflictos: desequilibrio
“Gestión de asuntos comunitarios
Administración de la justicia maya
ANÁLISIS JURÍDICO Y UNA PROPUESTA
DE REFORMA A LA LEY ORGÁNICA DE LA USAC
DESDE LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS
Y MUJERES INDÍGENAS
El proceso de “Consulta a los pueblos indígenas como fundamento para la construcción de una
propuesta de reforma a la Ley Orgánica de la USAC” surge a partir del trabajo coordinado entre
la Asociación Proyecto MIRIAM para la Promoción Intelectual de la Mujer –Proyecto MIRIAM–,
el Colectivo de Estudiantes Universitarios Indígenas –Colectivo JADE– y el Movimiento de
Estudiantes Mayas ante la Reforma Universitaria –MOVEMayas–, organizaciones que tienen en
común los ejes de trabajo: formación académica integral; acompañamiento en la profesionalización
superior de jóvenes indígenas; reivindicación de los derechos de las mujeres y Pueblos indígenas; y
la participación e incidencia política en la educación superior.
Dicho proceso inicia en agosto de 2012, con la colaboración del Mecanismo de Apoyo a los
Pueblos Indígenas “Oxlajuj Tz’ikin”, que tiene entre sus objetivos contribuir a que los pueblos
indígenas de Guatemala avancen en lograr mayor respeto y ejercicio de sus derechos sociales y
económicos.
En este proceso se busca fortalecer y promover el derecho a una educación que respete la
cultura y la ciencia de los Pueblos indígenas, como uno de los derechos sociales expresados en los
instrumentos internacionales, específi camente el Convenio 169 de la OIT y el Acuerdo sobre
Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas de las Naciones Unidas.
El proceso de consulta reivindica el derecho de los pueblos indígenas a ser consultados en todas
aquellas medidas de carácter legislativo o administrativo que les afecten directamente, en este caso,
el Proceso de Reforma de la Universidad de San Carlos de Guatemala implica cambios integrales
en el Sistema de Educación Superior en el cual los pueblos indígenas deben ser actores.
El resultado de este proceso es la generación de una propuesta de Reforma a la Ley Orgánica de la Universidad de San Carlos de Guatemala, a partir de procesos de análisis y discusión desde los
derechos y la visión de los Pueblos y Mujeres Indígenas enfocada a la transformación y descolonización de la Educación Superior y sobre el papel de una educación superior pública en una sociedad pluricultural. En fi n, se persiguió la elaboración de un diagnóstico de la USAC y una propuesta de reforma a la Ley Orgánica de esta universidad estatal.
Para ello, se conformaron grupos focales en seis regiones del país (Guatemala, Quetzaltenango, Huehuetenango, Cobán-Alta Verapaz, Jutiapa e Izabal) con el objetivo de entablar diálogo con estudiantes, docentes, profesionales, líderes de organizaciones y autoridades ancestrales de los pueblos mayas (22 comunidades lingüísticas), afro descendiente y xinka. Se realizaron también reuniones con el Equipo Multidisciplinario (constituido por profesionales de diversas disciplinas académicas), la Conferencia sobre Educación Superior y Pueblos Indígenas en coordinación con otras organizaciones, el Pre Congreso de Estudiantes Indígenas, actividades de incidencia, entres las más importantes.
En conjunto, las actividades ejecutadas ayudaron a posicionar el tema sobre transformación de la Educación Superior desde los derechos, conocimientos y visión de los Pueblos y Mujeres Indígenas.
Los productos contribuyen a la discusión constante y permanente sobre nuestra realidad como pueblos en este contexto.
LAS MUJERES MAYAS
EN LA ANTIGÜEDAD
El tema tratado en estas líneas, el papel de las ancianas a través de la iconografía y desde una perspectiva de género (Rodríguez-Shadow, 2006b), resulta de la observación de que, pese a que las mujeres mayas prehispánicas vivieron subordinadas a los varones, al alcanzar una edad avanzada gozaban de un nuevo estatus; hipótesis que tratará de demostrarse aquí. Dado que esta investigación es parte de una tesis doctoral en curso y la limitación de espacio que supone un capítulo de libro, este no pretende ser exhaustivo ni concluyente.
Para demostrar dicha hipótesis, en primer lugar se identificarán los rasgos distintivos de los ancianos y los obstáculos que se encuentren; seguidamente se analizará su aparición en cada soporte; y, finalmente, se hará un repaso de la evolución de su imagen a lo largo del tiempo para dilucidar cuál fue la percepción que de ellas se tenía y la importancia que se les otorgaba.
FEMINISMO DESCOLONIAL Nuevos aportes teórico – metodológicos a más de una decada
En este trabajo reflexiono sobre lo que considero son apuestas descoloniales que surgen desde las luchas de las mujeres indígenas y campesinas en México. Estas mujeres que junto con sus pueblos construyen, sostienen, defienden y crean estrategias políticas para la defensa de sus tierras y territorios frente al despojo promovido por gobiernos y empresas nacionales y multinacionales.
De «criadas» y «sirvientas»a mujeres trabajadoras con derechos
Los medios de comunicación están vedados para contar el espacio privado y autorizados para contar historias sobre el espacio público: se supone que el poder y lo político se juega sólo en lo público, mientras que lo privado es interés de la prensa morbosa. Lo privado se vuelve mediático solo en la medida en que afecte el interés público. Lo privado constituye una esfera cerrada a la que ni los medios de comunicación, ni la política, ni nadie “debería entrar”. Pero ahí pasan muchos de los problemas políticos y sociales de nuestro tiempo: explotación laboral de las mujeres, violencia intrafamiliar, acoso sexual, maltrato infantil.
En la práctica esta división entre ‘lo público’ y ‘lo privado’ no es tan clara. Si hablamos concretamente de periodismo, muchas veces lo que pasa en la vida privada puede y sobre todo debe salir a la luz pública. A pesar de que el espacio privado suele asociarse con refugio y protección “también facilita el secreto, ampara la trasgresión y protege la mirada y el juicio” como lo afirma Constanza Trujillo, investigadora del Centro de Estudios Sociales de la Universidad de los Andes. Y muchas veces es esta falta de mirada y de juicio, lo que convierte lo privado’ en un escenario de excesos y de abusos que por ocurrir a puerta cerrada pasan desapercibidos, pero que al tratarse de derechos ciudadanos constituyen un tema de interés público. Los casos extremos incluyen violencia intrafamiliar, y/o violaciones sexuales, pero hay otros no tan noticiosos que son igualmente importantes. El trabajo doméstico es uno de ellos. Este libro, hace periodismo adentro de esas paredes para dar una mirada, denunciar y juzgar uno de los dramas más infames de nuestro tiempo: la esclavitud de mujeres a través del trabajo doméstico.
Que el periodismo cuente esta injusticia y la denuncie es necesario para poner
en la agenda pública el respeto de los derechos laborales de las trabajadoras
y para sacar a la luz una lucha por los derechos de las mujeres. Y es muy
importante hacerla pública porque, mientras el espacio público está destinado
para los hombres, el espacio privado suele ser el espacio de las mujeres.
Así las cosas, sacar a la luz las irregularidades que ocurren en ‘lo privado’ también constituye una lucha de género: una lucha política. ¿Por qué es una tarea tan importante para el periodismo en América Latina? Porque es un problema de agenda política, de poder, de discriminación, de abuso y maltrato, y porque es un asunto que afecta prioritariamente a las mujeres.
El periodismo debe dar cuenta y denunciar todo asunto donde haya abuso de poderes y maltrato humano. La respuesta, también está en las cifras. Latinoamérica es la región con mayor número de empleadas del hogar. Según el último estudio de la OIT, un 7,5% del total de los trabajadores en la región es empleado doméstico, cifra que está por encima de la media del trabajo doméstico mundial (que es de 1,7%). Dentro de las causas que explican esta diferencia están “el incremento de la población anciana, que requiere de mayores cuidados, la ausencia de políticas que permitan la conciliación de la vida profesional con la personal y el aumento de la participación de las mujeres en el mundo laboral”.
Ana Cristina Restrepo, columnista de El Espectador, llama al principio de realidad sobre este asunto en el que se confunde esclavitud con caridad, y explotación con vínculo afectivo: ‘si la queremos como si fuera de la familia’. “según la OIT, en el mundo unos 52,6 millones de personas mayores de 15 años viven del trabajo doméstico.
De ellas, 43,6 millones son mujeres. Las empleadas domésticas han permanecido invisibles por desempeñar su oficio a puerta cerrada, en un entorno íntimo, al margen de la producción capitalista (¿qué sería de la Liberación Femenina sin ayuda en casa?). Además, con frecuencia, los vínculos afectivos impiden reconocer a la empleada como sujeto de derechos. El diagnóstico Condiciones de trabajo decente de las trabajadoras domésticas afrocolombianas en Medellín, según Escuela Nacional Sindical y la Corporación Afrocolombiana de Desarrollo Social y Cultural del 2013, arroja cifras alarmantes: 95,2% de las encuestadas no recibe pago por horas extras y el 91% de las empleadas internas trabaja entre
10 y 18 horas diarias. Sus condiciones laborales se ven agravadas por factores como el prejuicio social, el desconocimiento de la ley por parte de ellas y sus empleadores, y el alto índice de contrato verbal (85,7%) que tiende a favorecer el incumplimiento de las prestaciones sociales”.
Y hay otra razón periodística y política para que el asunto se convierta en
público: los niveles de desigualdad económica en la región crean las condiciones
sociológicas para la explotación. “Las enormes disparidades de ingresos hacen
que haya mucha demanda de trabajo doméstico, pero también mucha oferta
de personas que aceptan esas labores a pesar de las precarias condiciones de
trabajo”, expresa Martin Oelz, asesor legal de la OIT.
Tal vez hemos olvidado estas historias de terror porque son un problema de
larga duración, uno que viene desde la época colonial en la que las relaciones
de servicio constituyen un vínculo de lealtad (no laboral y de explotación) que
se mantiene hasta hoy, y que explica por qué, contrario a otro tipo de trabajos,
la legislación sobre este oficio, ha sido tan demorada y, una vez existe, tan difícil
de aplicar. En la mayoría de los casos la relación no se ve como un contrato
entre el empleador y el empleado, sino como una relación ‘natural’ que no se
cuestiona y que perpetúa las inequidades. Y es que esta historia viene de lejos, Jorge Orlando Melo6 , cuenta que “Don Diego de Torres, cacique de Turmequé, en 1577, contaba que si una española tenía un hijo, los caciques les debían llevar varias indias recién paridas para que (…) El rey de España prohibió los “servicios personales”, pero la cédula que llegó en 1547 a Bogotá recibió la respuesta que se haría proverbial. El cabildo contestó que eso: se obedece, pero no se cumple”. Hace más de 450 años se abolió el servicioesclavizante doméstico pero lo seguimos practicando.
Otro detalle periodístico se encuentra en que es, además, una relación en
la que son las mismas mujeres las que abusan de otras. Catalina Ruiz Navarro7
,
luchadora por los derechos de la mujer y columnista de El Espectador, confirma
esta turbadora esclavitud cuando escribe que “por siglos, las empleadas
domésticas han soportado maltratos físicos y psicológicos y pésimas condiciones
laborales. Lo más triste de todo es que estos abusos vienen de otras mujeres,
solidarias con su clase, pero no con su género, y eso que el trabajo doméstico
es uno de los oficios más usuales para la población femenina en Colombia”.
Daniel Coronell8
, uno de los periodistas más reconocidos en Colombia,
cuenta esta breve historia en la que se reflejan dos miradas: la cruda realidad
de la mujer trabajadora de hogar y la valentía de otra mujer, la hija de los
empleadores, para denunciar a su propia familia:
Mónica Sánchez Beltrán tiene 52 años y una historia desgarradora para contar.
Creció siendo involuntaria testigo de un crimen continuado. Desde que tiene
memoria hasta cuando cumplió once años, vio a otra niña -apenas cinco
años mayor que ella- siendo humillada, discriminada, golpeada, torturada,
esclavizada y abusada sexualmente.
A la víctima le decían Nohemí, aunque seguramente su nombre sea otro,
porque el nombre fue lo primero que le quitaron.
Mónica Sánchez Beltrán, necesitó cuatro décadas, poner medio continente de
por medio y superar las historias rosa que le habían contado sobre su propia
infancia, para escribir en un blog –palabra por palabra- los recuerdos que la
han atormentado.
Lo hizo en una carta abierta y pública dirigida a su papá y a su mamá que
tituló “Una historia de Colombia” y para que no quedaran dudas, escribió
como asunto: “Catarsis de los crímenes de mis padres”9
Mónica es hija del señor Capitán de Fragata, en uso de buen retiro de la
Armada de la República de Colombia, Vitaliano Sánchez Castañeda y de su
señora esposa doña Eunice Beltrán de Sánchez.
Cuando el señor capitán era aún teniente fue nombrado alcalde militar del
municipio de Anzoátegui, Tolima. Después de concluir esa misión volvió al
pueblo para buscar una empleada doméstica para su suegra.
Lo que encontró fue a un hombre de la región que le ofrecía en adopción a
una sobrina de cinco años. Según el relato que Mónica oyó de su padre, él
convenció a la mamá de la niña de que la entregara y firmara un “contrato de
adopción” diciendo que la pequeña iría a vivir con una amable anciana que le
brindaría educación, comodidad y mejores oportunidades.
La realidad fue distinta. La niña fue obligada a trabajar sin remuneración
ni horarios en labores domésticas. Tenía que cocinar, asear la casa, lavar
y planchar, desde la madrugada hasta el anochecer. La gentil viejecita la
golpeaba sin misericordia cada vez que se equivocaba y le enrostraba todo
el tiempo su modesto origen y ser supuestamente “hija de una vagabunda”.
La niña que aún no tenía uso de razón, como se decía en la época, era
prestada para hacer oficios de casa en casa, entre los miembros de la familia.
“Así convirtieron a Nohemí en una esclavita colectiva”, recuerda Mónica en
su relato.
Sin embargo, lo peor le esperaba cuando llegó a la casa del señor capitán
Sánchez y su esposa doña Eunice. Mónica asegura que la humillación era
pan de todos los días y que una vez vio a su mamá atar a Nohemí por las
muñecas en una viga y golpearla furiosamente con un cable eléctrico hasta
que perdió el conocimiento.
En los recuerdos de Mónica también está que su mamá golpeó una vez a
Nohemí con un tacón puntilla en la cabeza y que otra vez calentó un sartén
para quemarla porque estaba malgastando el tiempo de hacer oficio,
aprendiendo a leer.
Mónica asegura que su papá toleraba las torturas y le pregunta: “¿Cómo se
explica que hayas sido tú el primero en violarla?”. En medio de terribles detalles,
Mónica Sánchez cuenta también que dos de sus tíos abusaron de la niña.
Nohemí logró escapar de la casa después de años de esclavitud y sólo 40
años después se atrevió a reclamar modestamente mediante una tutela que
sólo pretendía que el señor Capitán Sánchez y doña Eunice contestaran estas
sencillas preguntas:
“- ¿No les da vergüenza?¿Por qué sí y por qué no?”
Nohemí perdió la tutela en primera instancia. El juez determinó que los
eventuales delitos a los que fue sometida ya habían prescrito. Apeló y en un
juzgado superior volvió a perder. El juez consideró que la demora en reclamar
mostraba la falta de urgencia en amparar sus derechos.
La Corte Constitucional, en una sala de revisión, le dio la razón a la niña
esclavizada y ordenó al capitán Sánchez y a doña Eunice indemnizarla.
Expertos encontraron huellas del maltrato físico y sicológico; y también del
abuso sexual. La Corte le ordenó al gobierno buscar a la familia de la niña,
que hoy tiene aproximadamente 57 años, y emprender acciones para evitar
que otros niños corran la misma suerte.
El señor capitán Vitaliano Sánchez y doña Eunice Beltrán ya son personas
mayores y quizás se vayan de este mundo sin pagar por sus acciones. Sin
embargo, tendrán que vivir con los recuerdos de su hija Mónica Sánchez
Beltrán, quien resolvió el dilema de su existencia a favor del más débil y de
la justicia.
Este doloroso texto no debería existir en un siglo en donde los derechos
ciudadanos parecen ser el centro de todas las luchas, pero existe y por eso
nos queremos referir a ella en este libro: a esa zona gris entre lo público y lo
privado, entre las relaciones colonialistas y de lealtad, entre la esclavitud y
los derechos, entre lo invisible y lo político: múltiples relaciones de injusticia
que se construyen y se pactan en la esfera íntima (y por tanto invisible) del
hogar, pero en la que se vulneran los derechos de ciudadanas trabajadoras y
la identidad de lo femenino, derechos e identidades que deben ser un tema
obligatorio para discutir en la esfera pública.
Después de testimoniar cómo el trabajo doméstico es un asunto público, este
libro busca hacer periodismo de denuncia sobre estos secretos del mundo
privado, estas invisibilidades políticas de lo íntimo. Es una denuncia que busca,
a partir de historias de verdad, que Ud. y yo y todos y todas, nos hagamos la
pregunta sobre lo que estamos haciendo y preservando cuando irrespetamos
los derechos de las mujeres trabajadoras domésticas.
La Fundación Friedrich Ebert quiere afirmar su apuesta política por el género,
la comunicación y la perspectiva regional; por esa razón aquí nos juntamos tres
proyectos FES GÉNERO, FES COMUNICACIÓN Y FES AMÉRICA CENTRAL.
Este libro asume una perspectiva regional, de género y de comunicación para la
conciencia política. Un prólogo y siete crónicas en seis países centroamericanos
y México que nos acercan al mundo de la explotación de las trabajadoras de
hogar, en forma de relatos íntimos de mujeres valientes, protagonistas de
tragedia, pero en las que esta vez sí son ellas el centro de sus propias historias.
En el prólogo, Julia Aguilar, Coordinadora Sindical Regional de la
Fundación Friedrich Ebert en América Central nos provoca al hablar de cómo
se viola “legalmente” el Convenio 189 de la OIT; cómo el debate debe pasar
necesariamente por la revisión de nuestras propias prácticas de vida, de
manera que tanto usted como yo, hemos sido “empleadores/as” de “Criadas”,
“Sirvientas”, “Choleras”, “Mucamas”, “Muchachas” y casi nunca de trabajadoras
con derechos; cuenta cómo la FES espera que después de haber leído
estas historias, sintamos vergüenza y juntas y juntos vayamos asumiendo el
compromiso de nombrarlas TRABAJADORAS con derechos. Luego encontrará
las historias de la indignación en orden alfabético por países, C de Costa Rica,
luego E de El Salvador y así hasta llegar a la P de Panamá.
Y estas son sus historias…
La periodista Giselle García Pereira nos cuenta uno de los relatos más duros y
de los más necesarios. Esta es la historia de cinco mujeres distintas pero que
tienen algo en común: todas fueron víctimas de algún tipo de violencia en sus
trabajos. Saca a la luz los problemas más graves que se pueden vivir dentro de
este mundo privado, mostrando que la violencia en los hogares de Costa Rica
no es un tema aislado, sino un tema que necesita de la atención de la opinión
pública, lo más pronto posible.
Continuamos con la historia de Laura, una trabajadora doméstica de El
Salvador que viaja a Suiza para poder cubrir los gastos de su casa, y es a través
de su historia que Rosarlin Hernández, la periodista, muestra cómo funcionan
las cadenas globales de cuidado o esa cadena sin fin donde “una mujer cubre
el trabajo doméstico de la otra”. Esta es una historia que muestra las conexiones
entre países y entre mujeres, una detrás de la otra, como “una muñeca rusa que
trae una más pequeña dentro de la otra”, solidaridad que colabora para silenciar
la explotación de las mujeres.
Y la explotación no sólo es de las mujeres sino de todas las poblaciones
marginadas, excluidas, invisibles. La crónica de la periodista Marta Sandoval
documenta a Guatemala con dos historias sobre las injusticias que hay detrás
de ser mujer pero también adulta mayor e indígena. Doña Elena es una mujer
mayor, que si se ocupara en otro tipo de oficio y le contaran todos los años que
lleva trabajando como doméstica, ya tendría su pensión y estaría descansando.
Dina, por contraste, es una niña maya que llega a la ciudad muy joven y la hacen
vestirse distinto, hablar español y quedarse en la ciudad, obligándola a olvidar
sus raíces. Es un documento sobre cómo el trabajo doméstico en América Latina
es un asunto de poder y discriminación.
La periodista Sandra Marybel Sánchez quien ha hecho una gran investigación
sobre el trabajo doméstico en Honduras, da cuenta de la continuidad de
un sistema patriarcal detrás de esta actividad doméstica y de las distancias
existentes entre la ley y la práctica, para hacer una defensa real de los derechos
de estas trabajadoras. La ley existe pero no se obedece: la ley no manda en
América Latina sobre todo si se trata de leyes a favor de las mujeres.
Pero hay mujeres empoderadas, hay esperanza y aparecen en la crónica
escrita en México por Mary Carmen Sánchez Ambriz. En ella Sánchez no
se limita a contar la vida de su protagonista, sino que a través de su retrato
muestra las cosas que esta mexicana ha hecho para impedir la vulneración
de sus derechos y de muchas mujeres más. Marcelina, la protagonista, es
la fundadora de la agrupación La Esperanza, grupo que busca defender los
derechos laborales de las trabajadoras del hogar en México.
Ana Mayling Luna Lara nos cuenta una historia heroica en Nicaragua,
la de Catalina que se convierte en una mujer distinta que logra entender
cómo esas relaciones que muchas veces son dadas por sentadas, no son tan
‘naturales’ como las pintan. Todo comienza con historia sin fin: Catalina, una
mujer originaria de la comunidad del Jobo decide irse a la capital porque allá
hay más oportunidades laborales y sólo consigue ser explotada. Continúa con
una historia sin justificación: Catalina muy tarde sabe de los derechos que tenía
como trabajadora doméstica para poderlo exigir. Y termina con una historia de
esperanza: Catalina mezcla amor, esfuerzo y conciencia para politizar esperanza
en la que logra salir del trabajo del hogar, hacerse respetar sus derechos,
cambiar su vida y sacar adelante a sus hijos.
Y terminamos con la historia de Rosita, la empleada doméstica de la
autora de esta crónica: un valiente testimonio desde el otro lado de la luna:
la empleadora. Cindy Rubattino, la periodista, es la empleadora; y ella misma
cuenta su versión del cuento: relata cómo conoció a Rosita y todo el proceso
que vivió para entender las condiciones en las que trabajan muchas mujeres en
Panamá. Esta es una invitación política para que sean los mismos empleadores
quienes busquen las formas de cambiar las condiciones de inequidad presentes
en el trabajo doméstico.
La Fundación Friedrich Ebert en América Central ofrece esta serie de
testimonios periodísticos para que comencemos a hacer político lo invisible,
lo íntimo, lo mujeril. Sólo mirando a la cara a las injusticias como las del trabajo
doméstico podremos construir una sociedad más democrática, más justa, más
equitativa y más feliz. Bienvenidos a la lectura de historias de una tragedia que
tiene luces de esperanza, en donde a través de la política y el auto-testimonio
estas mujeres podrán ser, tal vez, más felices. ¡Bienvenidos, bienvenidas a la
reflexión!
LOS DERECHOS DE LAS
MUJERES EN EL MOVIMIENTO
INDÍGENA LATINOAMERICANO
La rememoración de los 500 años de la colonización europea coincidió en los años noventa del siglo XX, con el fortalecimiento, beligerancia y visibilización mundial de movimientos indígenas en la mayoría de países latinoamericanos.
Sus reivindicaciones políticas se sustentan no sólo en una seria crítica de las políticas asimilacionistas, racistas y homogeneizantes de los Estados Nacionales, sino también en un cuestionamiento al modelo civilizatorio dominante como totalidad, calificando su modelo político, económico y social, como un modelo excluyente, centralista y sustentado en el dominio de los pueblos y en el exterminio de la naturaleza.
Es así como sus principales planteamientos se orientan a la necesidad de construcción de nuevas formas estatales incluyentes y democráticas culturalmente, así como de una nueva civilización basada en el
equilibrio con la naturaleza y en la equidad entre los pueblos. Por su importancia, las organizaciones de los Pueblos Indígenas, junto a los movimientos de mujeres y ambientalistas, han sido catalogados como los “nuevos movimientos sociales”.
Actualmente, se concibe a los movimientos sociales desde su diversidad interna, reconociendo que aunque tienen un objetivo común que los cohesiona, no son monolíticos en sus enfoques conceptuales, en sus lineamientos de acción, en sus liderazgos y en sus discursos.
Desde el punto de vista del análisis de los movimientos sociales, este reconocimiento de la diversidad interna de cada movimiento es crucial, pues los debates o las diferencias internas en cada movimiento ya no se interpretan como rupturas, incoherencias o faltas de unidad, a diferencia de lo que sucedía en décadas anteriores, sobre todo en el contexto de influencia de la Guerra Fría, entre los años 60 y 90 del siglo XX, cuando se consideraba indispensable la unidad granítica alrededor de un solo líder, un solo planteamiento y una sola línea de acción para considerar cohesionado a un movimiento social.
En este contexto, las organizaciones del movimiento indígena en América Latina han sido factor clave en los escenarios políticos de la región, desde los procesos de incidencia en transiciones institucionales a la democracia, pasando por la definición directa de reformas constitucionales e institucionales, así como su influencia en nuevos enfoques conceptuales y programáticos, políticas públicas y acciones de gobiernos, pero también en las agendas públicas de las organizaciones de la sociedad civil.
La discusión sobre la forma de entender e implementar líneas de acción para el cumplimiento de los derechos de las mujeres indígenas, está entre los debates más importantes a lo interno de los movimientos indígenas, pero también es uno de los focos de interés, análisis y críticas desde fuera del movimiento.
Las críticas más importantes hacia el tratamiento que las organizaciones indígenas dan a los derechos de las mujeres, afirman que dichos derechos no son tomados en cuenta como derechos específicos en los procesos de reivindicación étnica que las organizaciones emprenden, y que reproducen a lo interno de las organizaciones las estructuras institucionales y culturales patriarcales.
Por otra parte entre las posturas de las organizaciones indígenas, destacan aquellas que afirman que los pueblos indígenas tienen sus propias formas de concebir los derechos de las mujeres, las cuales difieren y no siempre son compatibles con las posturas que reivindican las organizaciones de mujeres no indígenas.
En esta investigación se trató de identificar y describir los principales postulados, tendencias y debates
conceptuales, así como las líneas de acción que las organizaciones integrantes del movimiento indígena latinoamericano, han desarrollado acerca de los derechos de las mujeres indígenas.
Este estudio se desarrolló en dos etapas, un primer análisis durante el 2010 que hacía un balance latinoamericano y un énfasis en Guatemala. Y una segunda etapa de actualización y ampliación del
estudio en el 2013, que trató de hacer un mayor énfasis en los mismos procesos a nivel mesoamericano.
La actualización también incluyó al análisis del rol de las mujeres indígenas, en la defensa de la tierra y el territorio, en congruencia con la centralidad de esta temática en la agenda indígena a nivel
continental en los últimos cinco años. Se agregó también, a raíz del interés de las organizaciones patrocinadoras del estudio, un apartado con recomendaciones de las personas entrevistadas para el fortalecimiento organizativo de redes regionales(mesoamericanas) de mujeres indígenas, por la defensa de la tierra y el territorio.
A pesar que la actualización estaba propuesta para abarcar analíticamente hasta junio 2013, se incluyó el análisis de algunos procesos que se desarrollaron posterior a esta fecha, como el análisis de la última Cumbre Continental de Mujeres Indígenas de Abya Yala que se desarrolló en Colombia en noviembre de ese año.
Se agregaron también en la actualización, los anexos 3 y 4 donde se sistematiza la información que proveen a través de internet, una muestra ilustrativa (no representativa) de organizaciones indígenas mixtas y organizaciones de mujeres indígenas de Centroamérica y México.
En esta sistematización se identifica y caracteriza para cada organización, la existencia de cuatro elementos centrales en el estudio: la existencia de un mecanismo de género a nivel institucional (en el caso de organizaciones mixtas), las tendencias conceptuales, las líneas de acción y la pertenencia a redes.
Embrujos y contraembrujos. Palabras para la edición castellana de La Brujería
Capitalista
Creer en las palabras, en su poder para no dejarnos indemnes, quizá sea el acto iniciático
de toda brujería. Creer en el poder para mezclarse con el cuerpo y las emociones propias
y ajenas. Pero creer en las palabras también es saber de su límite y de los territorios que
las colindan. Quizá sea cierto y el capitalismo nos haga creer tanto en sí mismo que es
hora de volver la mirada sobre aquello en lo que creemos y sobre aquello que nos afecta.
Las mujeres indígenas y
sus derechos humanos
en las Américas
Por medio de sus diversos mecanismos de protección y promoción de los
derechos humanos, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (en
adelante la “CIDH”, la “Comisión” o la “Comisión Interamericana”) ha
recibido de forma consistente información sobre numerosas violaciones de
derechos humanos que enfrentan específicamente las mujeres indígenas en
las Américas. En audiencias y visitas de trabajo realizadas en los últimos
años, mujeres indígenas de todo el continente americano y organizaciones
dedicadas a la promoción de sus derechos humanos han informado a la
Comisión Interamericana sobre diversas formas de discriminación que
afectan a las mujeres indígenas y tienen graves repercusiones en su
integridad física y en su vida cultural y espiritual. La CIDH también ha
recibido numerosas denuncias de actos de violencia física, psicológica y
sexual perpetrados contra mujeres indígenas, así como información sobre
las formidables barreras geográficas, económicas e institucionales que
obstaculizan su acceso adecuado a servicios básicos 1. Asimismo, la
Comisión Interamericana ha abordado diversas violaciones de derechos
humanos de mujeres indígenas por medio de su sistema de peticiones
individuales y casos2.
- La información recibida por la CIDH también ha puesto de manifiesto
algunas brechas en el ámbito internacional en lo que se refiere a la
protección de los derechos de las mujeres indígenas, así como la necesidad
de enfoques que respondan mejor a su situación y de métodos para
abordar sus casos y preocupaciones individualmente 3 . Un número
importante de mujeres indígenas de la región han solicitado concretamente
a la Comisión Interamericana que examine de manera exhaustiva los
problemas específicos que las afectan y que formule recomendaciones en la
materia a los Estados. - Sobre la base de estas consideraciones, la CIDH ha decidido preparar un
informe integral sobre los derechos humanos de las mujeres indígenas en
las Américas. Se espera que este informe sea un paso importante para
abordar la situación prioritaria que afecta específicamente a las mujeres
indígenas, con la meta de impulsar a los Estados y a la comunidad
internacional para que realicen más investigaciones y análisis de estos
temas con una perspectiva de género y etnorracial, y con un enfoque
holístico, teniendo en cuenta todas las variables históricas, sociales,
económicas y culturales que influyen en las violaciones de derechos
humanos de las mujeres indígenas en las Américas. - Como parte de esta iniciativa, en diciembre de 2014 se distribuyó un
cuestionario a los Estados Miembros de la OEA y a agentes no estatales, que
permitió recopilar información muy útil sobre los principales retos y
avances en el respeto y la garantía de los derechos de las mujeres indígenas
en diversos países. La CIDH agradece a los Estados y las organizaciones de
la sociedad civil que respondieron el cuestionario e hicieron llegar sus
respuestas a la Comisión Interamericana. En 2013 y 2014 se realizaron
varias reuniones con mujeres indígenas, expertas y expertos en la materia
en Guatemala, Perú y Washington, DC. Estas iniciativas se complementaro
con visitas de la CIDH a varios países de las Américas, como Colombia
(2012), Suriname (2013), Guatemala (2013), Canadá (2013) y Honduras
(2014), durante las cuales se obtuvo información específica sobre la
situación de las mujeres indígenas. Además, la CIDH celebró varias
audiencias entre 2013 y 2016 sobre la situación de las mujeres indígenas a
nivel regional y en determinados países. La CIDH agradece el apoyo de
Dinamarca, que posibilitó la realización de esta iniciativa, en particular con
respecto al componente mesoamericano y la situación concreta de las
mujeres indígenas en Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Durante la ejecución de este proyecto, la Comisión Interamericana logró
documentar las formas en que, a lo largo de la historia, las mujeres
indígenas han enfrentado prejuicios basados en diversas facetas de su
identidad. Una confluencia de factores, como el racismo, el sexismo y la
pobreza, combinados con las desigualdades estructurales e institucionales
emanadas de ellos, así como violaciones de derechos humanos relacionadas
con sus territorios y los recursos naturales que contienen, exacerban el
riesgo de las mujeres indígenas a las violaciones de sus derechos4. Todas
estas fuentes de discriminación se combinan y crean capas superpuestas de
violaciones de derechos humanos que se refuerzan mutuamente.
- Como se discutirá a lo largo de este informe, la vida de la gran mayoría de
las mujeres indígenas de las Américas sigue marcada por grandes
obstáculos para el goce de sus derechos civiles, políticos, económicos,
sociales y culturales. Entre esos obstáculos cabe señalar muy pocas
oportunidades para acceder al mercado laboral, dificultades geográficas y
económicas singulares para tener acceso a servicios de salud y educación,
acceso limitado a programas y servicios sociales, tasas elevadas de
analfabetismo, escasa participación en el proceso político, y marginación
social. - La marginación política, social y económica de las mujeres indígenas
contribuye a una situación permanente de discriminación estructural, que
las vuelve particularmente susceptibles a diversos actos de violencia
prohibidos por la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia Contra la Mujer (en adelante “Convención de Belém
do Pará”) y otros instrumentos interamericanos. La marginación y la
vulnerabilidad de las mujeres indígenas a la violencia se potencia cuando
los Estados no producen estadísticas completas y desagregadas y no
documentan adecuadamente las formas diferenciadas de violencia que
afectan a las mujeres indígenas5. Las mujeres indígenas tienden a sufrir
más actos de violencia física, psicológica y sexual en contextos particulares.
La violencia contra las mujeres indígenas está presente invariablemente en
los conflictos armados; durante la ejecución de importantes proyectos de
desarrollo, inversión y extracción; en la militarización de tierras indígenas
y en el contexto de su trabajo como defensoras de derechos humanos. La
respuesta de las autoridades estatales a la mayoría de estos actos es nula o
deficiente, con lo que permanecen en la impunidad. Las mujeres indígenas
también enfrentan obstáculos particulares al acceso seguro, adecuado,
efectivo y culturalmente apropiado a la justicia cuando sufren violaciones
de sus derechos humanos6. En la mayoría de los sistemas de justicia del
continente americano, los casos todavía no se tramitan con una perspectiva
de género y étnico-racial; carencias ilustradas en la escasez de intérpretes,
traductores y personal judicial capacitado y sensible a la cultura y la
cosmovisión de los pueblos indígenas.
- En el presente informe se examinan esos retos y se plantea la necesidad de
realizar más estudios y análisis de las violaciones de derechos humanos
que enfrentan las mujeres indígenas en particular, y de las normas y los
principios en materia de derechos humanos que deben guiar la respuesta
de los Estados a sus preocupaciones. Este informe abarca la perspectiva de
las mujeres indígenas en el análisis de las violaciones de derechos humanos
que sufren, las normas en materia de derechos humanos aplicables a su
realidad, y las recomendaciones de la Comisión Interamericana para los
Estados Miembros de la Organización de Estados Americanos (en adelante
la “OEA”) a fin de ayudarles a abordar los grandes retos que enfrentan. - Corresponde señalar que las mujeres indígenas no constituyen un grupo
homogéneo. Las mujeres indígenas habitan en distintas partes del
continente: en América del Sur, central, del Norte y en el Caribe. En este
sentido, viven en diferentes países con historias coloniales y realidades
contemporáneas muy distintas, se han enfrentado a varios niveles de
despojo de sus tierras y recursos naturales, y suelen vivir en zonas urbanas
o sobre sus territorios ancestrales. También tienen culturas y tradiciones
variadas, hablan idiomas diferentes nativos y “coloniales”, y tienen
necesidades y preocupaciones distintas.7 La Comisión entiende que el
término “mujeres indígenas” incluye a las mujeres de todas las edades,
desde las niñas hasta las mujeres adultas mayores. En informes anteriores,
la CIDH ha observado que, dada la inmensa diversidad de los pueblos
indígenas en el mundo y el riesgo de que una definición estricta resulte
restrictiva, “pueblos indígenas” no tiene una definición precisa en el
derecho internacional. Por el mismo motivo, tampoco hay una definición
precisa de “mujeres indígenas” 8 . La auto-identificación de mujeres
indígenas como integrantes de un pueblo o una comunidad indígena se
entiende como el criterio fundamental para determinar su condición de
pertenencia a una u otra9.
- A pesar de estas diferencias, las mujeres indígenas en las Américas también
tienen un común denominador: han enfrentado y continúan sufriendo
formas diversas y sucesivas de discriminación debido a su género,
etnicidad, edad, discapacidad y/o situación de pobreza, tanto fuera como
dentro de sus propias comunidades, o como resultado de los remanentes
históricos y estructurales del colonialismo. Estas aristas diferentes de
discriminación las exponen en mayor medida a violaciones de derechos
humanos en todos los aspectos de su vida cotidiana: desde sus derechos
civiles y políticos hasta sus derechos económicos, sociales y culturales, y su
derecho a vivir sin violencia. La finalidad del presente informe es presentar
un panorama detallado de la situación general de los derechos humanos de
las mujeres indígenas en las Américas, mostrar los retos actuales y
proporcionar orientación a los Estados para la formulación y aplicación de
medidas orientadas a hacer valer sus derechos humanos.
Aunque en este informe se abordarán las variadas formas de violencia y
discriminación que enfrentan las mujeres indígenas, es esencial subrayar
que éstas no deben ser percibidas simplemente como víctimas. Es evidente
que las mujeres indígenas hacen contribuciones únicas y juegan un papel
fundamental en sus familias, sus comunidades, sus países, así como en el
ámbito internacional. Las mujeres indígenas también son conocidas como
garantes de su cultura: han participado activa y exitosamente en los
procesos que llevaron a la adopción de la Declaración de Naciones Unidas
sobre los Derechos de Pueblos Indígenas, la creación del Foro Permanente
sobre Cuestiones Indígenas, la elaboración del mandato del Relator
Especial sobre los Derechos de Pueblos Indígenas, la adopción de la
Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, entre
otros logros10. Aunque sean sujeto de discriminación y de violaciones a sus
derechos humanos, las mujeres indígenas que han interactuado con la
Comisión Interamericana en distintos espacios han rechazado la
caracterización de víctimas, y han demandado el reconocimiento de su
fuerza, y de su participación activa11.
- El presente informe tiene seis capítulos. El primero contiene una reseña
sucinta de las actividades realizadas por la CIDH en relación con los
derechos de las mujeres indígenas. En el segundo capítulo, la CIDH
presenta principios jurídicos orientadores y normas internacionales que
los Estados deben considerar al elaborar leyes, programas y políticas para
proteger los derechos humanos de las mujeres indígenas, así como temas y
asuntos prioritarios que los Estados deben abordar. En el tercer capítulo, la
CIDH examina las diferentes dimensiones de la violencia contra las mujeres
indígenas, con énfasis en las formas particulares en que se ven afectadas
individualmente y como comunidad, así como las dimensiones del enfoque
holístico que debe guiar la acción de los Estados para responder a esta
grave situación de derechos humanos. En el cuarto capítulo se examina el
acceso a la justicia para las mujeres indígenas y se ponen de relieve los
grandes obstáculos que enfrentan. En el quinto capítulo, la Comisión
Interamericana examina en general algunos de los principales retos que las
mujeres indígenas siguen enfrentando en lo que concierne a la protección
de sus derechos económicos, sociales y culturales básicos, y se describen
obstáculos que menoscaban el pleno ejercicio de estos derechos. En el
último capítulo, la CIDH formula conclusiones y recomendaciones basadas
en los temas desarrollados en el informe.
Iniciativa regional sobre salud de jóvenes indígenas Salud sexual y reproductiva y VIH en adolescentes y jóvenes indígineas – Informe final de Guatemala
Este estudio presenta un sondeo cualitativo sobre la sexualidad, la prevención y vivencia del VIH y sida en jóvenes indígenas guatemaltecos.
Violencia contra las mujeres
indígenas en Guatemala
El presente estudio sobre “Violencia contra las mujeres indígenas en
Guatemala”, constituye un esfuerzo de síntesis basado en una investigación
bibliográfica y documental sobre el tema y en la narración vivencial de mujeres
indígenas sobrevivientes de violencia, que acudieron a los talleres realizados en
las sedes regionales de la Defensoría de la Mujer Indígena (DEMI), los meses de
agosto y septiembre del año 2007.
La revisión documental permitió constatar que existe carencia de
información escrita relacionada con la historia de las mujeres indígenas en
Guatemala, revelando el proceso de invisibilización y de inexistencia de registros
sobre el tema en la historia nacional. Esta situación también denota una vez más
que la historia de los pueblos ha estado marcada por la cultura patriarcal
imperante.
El análisis bibliográfico y documental ha sido provechoso para identificar los
pilares estructurales que legitiman actualmente la violencia contra las mujeres.
Esta situación actualmente limita el desarrollo integral de las mujeres indígenas,
quienes reflejan el mayor grado de afectación de pobreza y extrema pobreza de
toda la población guatemalteca.
La metodología utilizada para elaborar este estudio centró su atención en
“la mujer indígena como actora del proceso”, generando una dinámica
participativa. En el desarrollo metodológico fue medular la dirección de la
Defensoría de la Mujer Indígena, particularmente en la realización de siete talleres
sobre “Violencia contra la mujer indígena”, en los departamentos de
Huehuetenango, Quetzaltenango, Guatemala, Alta Verapaz, Petén,
Suchitepéquez y Quiché. En estos talleres se trabajó con 87 mujeres indígenas de
las comunidades lingüísticas mayas K’iche’, Kaqchikel, Mam, Q´eqchi´, Achi,
Poq´omchi y Mopan. Un elemento importante de la metodología ha sido el
acompañamiento psicosocial para la atención individual y colectiva de las
mujeres participantes.
El estudio se orientó por la premisa que afirma que las tendencias actuales
de la violencia hacia las mujeres indígenas se sustentan en causas históricas
desde la configuración del Estado de Guatemala, violentando sus derechos
humanos. Esta premisa permitió el diseño de la metodología planteada que
involucró la sistematización de información bibliográfica y la realización de los
talleres regionales con mujeres indígenas sobrevivientes de violencia.
El contenido del estudio se presenta en seis capítulos para develar las
causas, consecuencias y tendencias actuales de la violencia que afectan a las
mujeres indígenas.
• El capítulo I contextualiza la situación de la violencia que sufren las mujeres
indígenas, para lo cual se recogen datos relevantes sobre las condiciones
actuales y se realiza un análisis sobre las causas estructurales que han
provocado las condiciones de desigualdad e inequidad.
• En el capítulo II, se hace un análisis de la violencia contra las mujeres
indígenas en las distintas épocas de la historia, desde la invasión y
colonización hasta el conflicto armado interno. Este capítulo se construyó
con limitaciones de información debido a la ausencia de estudios históricos
relacionados con los aportes, preocupaciones, necesidades e intereses de
las mujeres y particularmente de las mujeres indígenas en la historia
guatemalteca.
• El capítulo III sintetiza la actual experiencia de vida de las mujeres indígenas
sobrevivientes de violencia, su entorno familiar, comunitario y nacional a
partir de narraciones y ejercicios grupales.
• En el capítulo IV, se hace referencia a las obligaciones del Estado en
materia de derechos humanos, específicamente las acciones relacionadas
con la temática de violencia y el nivel de cumplimiento de las mismas.
Por último, se plantea una serie de conclusiones y recomendaciones que
buscan el cambio de las situaciones evidenciadas y la promoción de una vida
digna y justa para las mujeres indígenas, particularmente de quienes hoy día
sufren vejámenes y violación a sus derechos humanos.
Lo erótico, el universo vibrando entre nosotras
El erotismo, es un universo infinito, más allá de lo que nuestras mentes imaginan. Las vibraciones que emana son múltiples y sus manifestaciones son perceptibles desde el cuerpo y la sexualidad, pero también desde la espiritualidad vivida como algo interior.
Modelo de atención a la violencia de género
Desde 1999, la gravedad del fenómeno de la violencia contribuyó a que ésta trascendiera del ámbito
privado al público y se considerara como un problema de salud pública a través de la divulgación de la Norma
Oficial Mexicana para la Prestación de Servicios de Salud y sus Criterios para la Atención Médica de la
Violencia Familiar (ENDIREH, 2003).
La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) en el año 2003
indica que en Yucatán, el 34.6% de las mujeres habían sufrido algún tipo de violencia por parte de su pareja en
los últimos 12 meses, anteriores a la aplicación de la encuesta. De éstas, el 25.4% habían sufrido violencia
económica, el 24.7% emocional, el 6.7% física y el 6.1% había sufrido violencia sexual. Lo cual, resulta
sumamente significativo porque representa un porcentaje elevado de personas en Estado de Yucatán que han
sido afectadas por algún tipo de violencia, debido a que convierte en víctima directa quien la sufre y en víctimas
indirectas a los familiares o personas que tengan relación con la misma.
Cabe aclarar que la violencia es un comportamiento, bien sea un acto o una omisión, cuyo propósito es
ocasionar un daño o lesionar a otra persona, en donde la acción transgrede los derechos de otro individuo
(Torres, 2001) y el comportamiento agresivo es intencional. Según sea la naturaleza del daño ocasionado y los
medios empleados, la violencia puede clasificarse en: física, psicológica, sexual y económica.
En la violencia Física, el daño producido marca el cuerpo de la víctima, ya sea externa o internamente,
como en el caso del sometimiento corporal, los golpes, las mutilaciones, las heridas o incluso hasta el
homicidio. A pesar de que en la mayoría de los casos la violencia física es evidente también puede pasar
desapercibida puesto que muchas veces el daño solamente puede ser identificado tras un tiempo más o menos
prolongado. La violencia física también incluye las omisiones, como privar a alguien de alimentos, bebidas y
medicinas (Torres, 2001).
La violencia psicológica, se refiere al daño en la esfera emocional porque vulnera la integridad psíquica. La
o el agresor humilla, insulta, degrada a la víctima con la intención de que ésta se sienta mal, por lo tanto el
deterioro no se denota a simple vista. En este tipo de violencia, la víctima puede describir sus sensaciones y
malestares como: confusión, incertidumbre, humillación, burla, ofensa, dudas sobre sus propias capacidades.
Muchas de las personas que sufren éste tipo de violencia no solamente pueden ver reducida su autoestima,
sino también pueden manifestar alteraciones físicas, trastornos del sueño, de alimentación entre otros
padecimientos (Torres, 2001).
La violencia sexual, consiste en el empleo de la fuerza física o moral para someter al agredido, ya sea
mayor o menor de edad, a realizar algún tipo de acto sexual. Incluye los delitos estipulados en el Código Penal
del Estado de Yucatán, como lo son la violación, hostigamiento, estupro, incesto y el abuso sexual.
La violencia económica se refiere a la trasgresión que se realiza a una persona mediante el manejo de
los recursos materiales, como lo es el dinero, los bienes y los valores. La o el agresor puede utilizar sus propios
medios o el del violentado para someterlo; se incluyen dentro de este tipo de violencia: El robo, el fraude, el
daño a propiedad ajena y la destrucción de los objetos de la víctima incluidos aún los que solo tienen un valor
sentimental. Al igual que la violencia física, la violencia económica también se puede manifestar por medio de
omisiones, como en el caso de la privación de los medios para la satisfacción de las necesidades básicas: La
alimentación, el vestido, la vivienda, la salud (Torres, 2001 y Corsi, 2003).
Los factores que influyen en la probabilidad de experimentar o vivir violencia interactúan en 4 niveles (según
modelo ecológico):
• El nivel individual de las personas: Se refiere a los antecedentes personales que repercuten en el
comportamiento de la persona y sus relaciones. Estilo de resolución de conflictos por medio de la
violencia, la baja autoestima.
• El nivel familiar/relacional: Se refiere al contexto de las relaciones cercanas autoritarias, la familia, la
pareja, las amistades.
• El nivel de la comunidad: Se refiere a la influencia de valores, usos y costumbres de la comunidad
que establecen y refuerzan el arriba y abajo en el uso del poder, la legitimización de la violencia, la falta
de apoyo social y atención adecuada al problema (Velásquez, S. 2003, Centro Nacional de Equidad de
Género y Salud Reproductiva, 2006).
Cabe destacar que algunos de estos factores legitiman culturalmente la violencia. En la sociedad, las
creencias y los valores acerca de las mujeres y los hombres se han caracterizado por marcar diferencias entre
los mismos, definiendo a los varones como superiores por naturaleza, en donde se les confiere el derecho y la
responsabilidad de dirigir la conducta de su mujer (Corsi, 2003). Estas ideas que se han transmitido a lo largo
de la historia, se traducen en estructuras sociales particulares, como la división del trabajo, las políticas
institucionales y discriminación en la mujer. Los estereotipos de género, son trasmitidos y perpetuados por
diversas instituciones como la familia, la escuela y los medios de comunicación; estos representan un vehículo
para encarnarse en las actitudes.
Entre las consecuencias de la violencia que afectan directamente a las comunidades yucatecas que la
padecen, se encuentra el incremento del ausentismo laboral así como la disminución del redimiendo en el
mismo; el aumento del ausentismo y deserción escolar, trastornos de conducta y aprendizaje y la reproducción
de la violencia en el ámbito escolar. Así mismo, la violencia repercute directamente en la salud física de las
personas que la padecen. Las lesiones, fracturas, los embarazos no deseados, cefaleas, problemas
ginecológicos, discapacidad, abortos y adicciones, son repercusiones de la violencia. Dentro de los efectos que
tienen los episodios violentos en la salud mental se encuentran la depresión, ansiedad, disfunciones sexuales,
trastornos de conducta alimentaria, pseudopsicóticos y consecuencias letales como el suicidio y el homicidio
(Corsi, 2003). Así mismo, el fenómeno de la violencia afecta el las condiciones de vida en las familiar y trae
consigo las fugas del hogar, los niños en situación de riesgo social y la prostitución. Entre las consecuencias
con respecto a las afectaciones en seguridad se encuentra la violencia social y juvenil, las conductas
antisociales y delitos sexuales. Asimismo, el fenómeno de la violencia repercute en la economía del sector
salud, educación, seguridad y justicia (Corsi, 2003).
El Instituto para la Equidad de Género en Yucatán (IEGY), considerando los factores que influyen en el
fenómeno y consciente de las repercusiones individuales y sociales de la violencia y la discriminación de
género; llevó a cabo un programa piloto, de los meses de septiembre a diciembre del 2007; mediante fondos
otorgados a la institución por medio del Programa de Apoyo a las Instancias de Mujeres de las Entidades
Federativas (PAIMEF), con el objetivo de eliminar cualquier tipo de discriminación y violencia de género. Para lo
cual se crearon 11 Centros de Atención a la Violencia de Género; los cuales se ubicaron de la siguiente
manera: 10 en municipios del interior del Estado y uno en la ciudad capital.
Hunucmá, Izamal, Maxcanú, Progreso, Tecoh, Acanceh, Kanasín, Motul, Tekit y Tixkokob, fueron elegidos
posterior al análisis de las necesidades de dichas comunidades; por su ubicación física, y las posibilidades de
acceder al mismo, lo que al mismo tiempo permitió un mayor número de beneficiados. Cabe aclarar que los
municipios elegidos para el programa se encuentran ubicados en 5 de las 10 regiones que conforman el Estado
de Yucatán: La región centro norte, la región metropolitana del estado, la región litoral oeste del Estado, la
región litoral centro y la región litoral norte; lo cual permitió tener conocimiento de los alcances del proyecto así
como la aceptación de las diferentes regiones del Estado de Yucatán.
previamente según los requerimientos del puesto) y una representante municipal del IEGY, denominada
previamente por el presidente municipal. Dicho equipo constituyó un sostén para ofrecer respuestas
coordinadas y eficaces a las personas que solicitaron atención por haber sido víctimas de cualquier tipo de
violencia o discriminación de género. Así mismo los centros se encontraban supervisados y coordinador entre
sí.
El objetivo principal de los Centros Municipales de Atención a la Violencia de Género fue y será el de
proporcionar atención a toda persona que haya sido víctima de cualquier tipo violencia y/o discriminación de
género. Así mismo, tendrá una labor de sensibilización y de prevención ya que se realizarán actividades y
campañas con la finalidad de disminuirla y/o erradicar la discriminación y la violencia de género.
Por tal motivo, la presente investigación tuvo como objetivo realizar una evaluación al Modelo de Atención a
la Violencia de Género aplicado en los Centros Municipales de Atención a la violencia de género,
específicamente al apartado correspondiente a la atención psicológica, con el fin de proporcionar criterios
racionales sobre la conveniencia y modificaciones a realizar en el mismo para mayor efectividad en aplicaciones
posteriores.
PRONUNCIAMIENTO DE LAS MUJERES DE LA NACION WAYUU DEL CENTRO ETNOEDUCTIVO RURAL # 2 URIYUNAKAT
Como descendientes de la nación de los sueños, es nuestro deber levantar nuestra voz de protesta, por
la forma grotesca como se dirigió el programa humorístico “Buenas tardes con Fabio”, dirigido y
conducido por el señor Fabio Zuleta y transmitido por el Sistema Cardenal Stéreo en el horario de 4 a 6
p.m. desde la ciudad de Valledupar.